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Mi Che Guevara personal

Estoy muy contenta porque hoy voy a publicar un post de un miembro de nuestra comunidad de padres. Espero la disfruten. Es simplemente para reflexionar sobre lo lindo que es ser padre y no olvidarnos de nuestras primeras emociones como tales.

Esta es la ecografía que inspiró este texto.

Mi Che Guevara Personal

Hace quince días conocí a una persona que ha llegado a revolucionar mi vida. De hecho, es un poco inmaduro, pero es puro corazón. Me ha puesto la vida de cabeza: duermo tarde y mal (es que si lo vieran, todas se desvelarían por él), me ha quitado el hambre y cuando como, sólo lo hago para complacerlo así que no me queda otra que comer lo que él quiere. A veces, siento cosas raras en el estómago cuando pienso en él, he llegado hasta a sentir mareos. Llámenme loca si quieren. Pero es como si el revolucionario máximo haya llegado a conquistarme y a decirme: “Deja todo y ven conmigo a vivir la aventura más alucinante de tu vida”. Si no tuviera que trabajar, hace rato hubiese cogido un pantalón ancho, una camiseta ligera, zapatos sin taco y me hubiese tirado panza arriba en un sitio donde pudiera mirar el cielo y soñar con todo el futuro que él me promete.

Pero claro, no puedo hacerlo porque como no trabaja, alguien tiene que mantenerlo, darle de comer, complacer sus caprichos. Y les juro, que no es amor ciego. Estoy conciente de todo lo que hago y de por qué lo hago.

Y es tan sencillo que no me exige más que tiempo y atención. Inclusive, gracias a él, ya no uso ni escotes, ni pantalones pegados, ni tacones altos. Claro, es un poco comelón, entonces a veces me hace engordar.

¿Es guapo? Eso es algo en lo cual ni me he fijado. Pero sí es más joven que yo. Lo importante es que yo sé que sólo vive por mí y que soy la única mujer en su vida. El otro día me dijo telepáticamente (tenemos comunicación extra sensorial): “Si tú me dejas, me muero”. De sólo pensarlo se me puso la piel de gallina. Es que claro, como es un revolucionario, no trabaja, no tiene nada que ofrecer materialmente y, por lo tanto, no tiene como sobrevivir si alguien como yo no le da alimento y abrigo.

Mi esposo está un poco nervioso con el tema. Es lógico, no creo que ningún hombre pueda vivir tranquilo sabiendo que hay otra persona entre su esposa y él. Pero él sabe lo feliz que me hace y, claro, si bien él sólo lo ha visto en foto, no ha podido evitar congeniar. Y como también es conciente de que es joven y no está listo para sobrevivir sin mí, su caridad lo venció y está dispuesto a vivir esta aventura de tres sin chistar. No crean que para él es fácil, nunca imaginó que podría pasar y menos a cuatro meses de nuestra boda. Pero la vida es así y todo no puede estar bajo control.

Cuando uno es tan feliz como lo soy yo ahora, le provoca gritarlo al mundo, por eso es que lo escribo abiertamente. ¿Alguien duda de que esta historia pueda ser real y de que un amor de este tipo puede existir? Seguramente las que ya son padres entienden perfectamente lo que digo. Y los que no, lo entenderán perfectamente el día que, como a mí hace medio mes, le digan que están esperando un bebé.

G.C.A.

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Archivado bajo FAMILIA, PARA REFLEXIONAR